Caín Velásquez, el reposo del guerrero

Caín
Velásquez tocaba el cielo con las
manos en el UFC 121 cuando derrotaba a Brock Lesnar y se convertía en campeón
de peso completo. Invicto en 9 presentaciones como profesional quería
exponer rápidamente su cinturón, pero una lesión lo obligó a descansar. Hoy,
poco más de un año después, el paso a paso de su recuperación.

El
23 de octubre de 2010 ya parece muy
lejano, pero la memoria nos trae con facilidad la imagen del guerrero azteca desmantelando a Lesnar y venciéndolo por nocaut técnico
en la primera vuelta para hacerse con el cinturón. Pero no todo iba tan bien
como parecía, su hombro derecho se había lastimado y esa noche daría las
primeras muestras de dolor.

“La
lesión ocurrió durante la pelea, pero la adrenalina hizo que no la sintiera”,
reconoce Velásquez. “Me sentía bien
tras el combate, pero cuando me calmé y me acosté, comenzó a dolerme el hombro. Sabía que algo no andaba bien. Fui
al médico, me envió a realizar una resonancia magnética y me dijo que tenía
desgarrado el manguito rotador”, recuerda.

¿Qué
es el manguito rotador? Un tendón
formado por cuatro músculos que rodean al hombro y se encarga de la rotación
del mismo. Al tener un desgarro en ese sector se hace muy complicado y doloroso mover la articulación. El campeón
de origen mexicano intentó los dos
tipos de tratamiento posibles, pero terminó por el más drástico: la cirugía.

“Primero
nos fuimos con rehabilitación.
Dejamos el hombro inmóvil por seis semanas y realizamos otra resonancia. Tratamos
la recuperación natural para volver a pelear cuando antes, pero fue imposible. El
músculo seguía desgarrado, entonces decidimos lo mejor sería realizar la operación”, comenta el campeón.

“Pensándolo
bien lo mejor era hacer la intervención desde el comienzo porque hubiéramos
ahorrado algunas semanas, pero quería volver al octágono rápidamente y por eso
me arriesgué”, reconoce.

Tras
la cirugía en diciembre de 2010, se
mantuvo 20 días inactivo hasta poder regresar a los entrenamientos, pero no
podía utilizar su brazo derecho, por lo tanto los movimientos eran muy
acotados.

“Podía
patear, pero no mover los brazos. Es decir, ni lucha, ni boxeo, ni pesas”,
explica. Mientras uno de sus entrenadores Javier
Méndez, realizaba rutinas específicas para que Velásquez no perdiera
regularidad y pudiera rehabilitar su hombro dañado.

“Fue
complicado hacer un plan, era limitado lo que podía hacer Caín. Todos lo
sufrimos porque él es un competidor nato
y quería volver a pelear lo más rápido posible”, relata Méndez.

“Realmente
fue horrible. A mí me gusta
mantenerme activo y pelear seguido. Los fanáticos quieren verme, yo quiero
defender el título y les quiero pedir disculpas por no poder hacerlo. Pero las
cosas siempre suceden por algo. Esta no es mi primera cirugía, pero es la más
costosa de mi carrera. Quiero volver a pelear ya”, concluye el campeón azteca.

Pero
lo más complicado ya pasó. La operación es historia y la recuperación está
completa. Caín Velásquez expondrá su
cinturón de peso completo frente a Junior Dos Santos en el UFC en Fox el próximo 12 de noviembre y quiere seguir con su
invicto como profesional.